Convulsiones

No todas las convulsiones son epilepsia y no todas las personas con epilepsia presentan convulsiones, por lo tanto es importante evitar el autodiagnóstico y acudir con un médico especialista que pueda orientar el diagnóstico para dar un tratamiento adecuado e individualizado a las necesidades de cada paciente.

La epilepsia es una afección del sistema nervioso que causa crisis convulsivas. Pero tener una crisis convulsiva no significa que una persona tenga epilepsia. Muchas personas solo tienen una crisis y no vuelven a tener otra. Pero si una persona continúa teniendo crisis convulsivas sin un motivo claro, se considera que tiene epilepsia.(1)

¿Cómo actuar ante una crisis convulsiva?

Las crisis epilépticas son impredecibles e inciertas tanto en presentación como en duración, por lo que es importante saber cómo actuar cuando presencias que una persona está convulsionando. Es importante permanecer todo el tiempo con la persona que pasa la crisis hasta que ésta ceda, ya que puede lesionarse durante la crisis y requerir de ayuda.

Ante una crisis convulsiva se debe cronometrar la duración, así como el tiempo que tardó la persona en recuperarse. Se deben de retirar objetos peligrosos que se encuentren alrededor para evitar que la persona se haga daño, no sujetar al paciente durante la crisis y no poner nada en su boca, ya que podría causar más daño al tragarse el objeto, romperse los dientes o morder los dedos de la persona que está intentando ayudar.

Aunque las convulsiones pueden ser muy aparatosas, es importante conservar la calma para evitar difundir el pánico y que la respuesta ante la crisis agrave la situación.

Permanecer siempre con la persona hasta que se le pase la crisis:

Las crisis pueden ser impredecibles y es difícil adivinar cuánto van a durar o qué ocurrirá durante ellas. Algunas pueden comenzar con síntomas menores, pero pueden acabar con pérdida de conocimiento o caída y, otras crisis pueden ser breves y finalizar en segundos. El paciente se puede lesionar durante la crisis o después de ella y requerir ayuda de otras personas.

Prestar atención a la duración de la crisis:

Cronometrar la duración de la crisis desde el inicio hasta el final de la parte “activa” de la crisis (como pueden ser las sacudidas durante una crisis convulsiva). Anotar cuánto tiempo ha tardado la persona en recuperarse y volver a su actividad normal.

Mantener la calma, la mayoría de las crisis duran solo unos minutos.

La respuesta de una persona a las crisis puede afectar a la actuación de otros. Si se actúa con calma, se ayudará a otros a permanecer tranquilos también. Hablar con calma y tranquilizar al paciente durante y después de la crisis ayuda a que se sienta mejor

No sujetar con fuerza al paciente.

Sujetar al paciente con fuerza durante la crisis o tratar de limitar sus movimientos no detendrá la crisis y puede causarle heridas y hacer que la persona esté más confusa y agitada.

No poner nada en la boca del paciente.

Recordar que una persona no se puede tragar la lengua durante una crisis. Por lo que no se debe poner nada en la boca del paciente porque podría romperlo, tragarse el objeto, romperse los dientes o morder los dedos de la persona que está intentando ayudar

Si en algún momento una persona presencia una crisis convulsiva, es muy importante que mantenga la calma y tome registro de todas las características del episodio ya que esta información será de gran utilidad para descartar o sospechar de epilepsia.

La clave principal para el diagnóstico radica en una buena descripción del episodio por un testigo presencial de las crisis.(2)

Factores de Riesgo

Algunos de los factores de riesgo más importantes para la epilepsia son:

  • Extremos de la vida
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Tabaquismo

Evejecer:

El inicio de la epilepsia es más común en niños y adultos mayores, pero la condición puede ocurrir a cualquier edad.

Historia familiar

Si tiene antecedentes familiares de epilepsia, puede tener un mayor riesgo de desarrollar un trastorno convulsivo.

Heridas en la cabeza

Las lesiones en la cabeza son responsables de algunos casos de epilepsia. Puede reducir su riesgo usando el cinturón de seguridad mientras viaja en un automóvil y usando un casco mientras anda en bicicleta, esquía, maneja una motocicleta o participa en otras actividades con un alto riesgo de lesiones en la cabeza.

Accidente cerebrovascular y otras enfermedades vasculares

El accidente cerebrovascular y otras enfermedades de los vasos sanguíneos (vasculares) pueden provocar daño cerebral que puede desencadenar la epilepsia. Puede tomar una serie de medidas para reducir el riesgo de estas enfermedades, como limitar el consumo de alcohol y evitar los cigarrillos, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad.

Accidente cerebrovascular y otras enfermedades vasculares

Accidente cerebrovascular y otras enfermedades vasculares

Infecciones cerebrales

Las infecciones como la meningitis, que causa inflamación en el cerebro o la médula espinal, pueden aumentar el riesgo.

Convulsiones en la infancia

Las fiebres altas en la infancia a veces pueden estar asociadas con convulsiones. Los niños que tienen convulsiones debido a fiebres altas generalmente no desarrollarán epilepsia. El riesgo de epilepsia aumenta si un niño tiene una convulsión prolongada asociada con fiebre, otra afección del sistema nervioso o antecedentes familiares de epilepsia. (3)

 

Desencadenantes de la epilepsia

Algunos de los factores desencadenantes más comunes de la epilepsia son:

Abandonar la medicación

En la actualidad, existe un porcentaje muy elevado de pacientes que mantienen controlada su epilepsia con la medicación adecuada. Se estima que aproximadamente el 70 por ciento de las personas que mantiene controlada su enfermedad pueden llevar una vida prácticamente normal. Sin embargo, dejar de tomar la medicación, bien por olvido, descuido o abandono, puede producir crisis epilépticas.

Alteraciones de sueño

Una gran parte de los síndromes epilépticos que se conocen, como las epilepsias generalizadas idiopáticas, están relacionados directamente con los ciclos de sueño y con la actividad del cerebro mientras el paciente duerme. Disminuir las horas de descanso habituales de estos pacientes, bien durante un solo día o de forma continuada, puede provocar una crisis epiléptica, de ahí que los expertos alerten de la necesidad de mantener una buena higiene del sueño para estos pacientes.

Sentir estrés

Estar estresado o sentir emociones fuertes son factores que si se asocian a otros factores como cansancio, fatiga o alteraciones de sueño pueden terminar propiciando la aparición de crisis epilépticas. Cuando un paciente tiene grandes preocupaciones, o siente mucha ansiedad o ira son sentimientos extremos desencadenantes de crisis. Evitar esas situaciones y practicar técnicas de relajación o mindfulness pueden ayudar en gran medida a mantener controlada ‘emocionalmente’ la epilepsia.

Consumo de alcohol o drogas

El consumo de alcohol y/o drogas pueden desencadenar el descontrol de un paciente que sufre epilepsia y puede provocarle crisis o incrementar la frecuencia de las mismas. Estas sustancias son estimulantes que afectan directamente a las neuronas aumentando su excitabilidad y, además, pueden interaccionar directamente con la medicación que esté tomando el paciente incrementando o anulando sus efectos. Tampoco hay que olvidar que el alcohol o las drogas pueden alterar el ciclo del sueño del paciente. Todas estas circunstancias pueden provocar crisis epilépticas.

Algunas imágenes y/o luces

Algunos estímulos luminosos (solo en algunos casos), principalmente las luces intermitentes rojas, pueden ser causa de crisis en pacientes que padecen epilepsia fotosensible o epilepsia mioclónica juvenil, aunque también puede afectar a otros pacientes con esta condición. Hay que tener precaución con estos destellos de luz (no solo artificiales, aunque también) principalmente en los niños y adolescentes con epilepsia ya que sus cerebros están más expuestos a estos estímulos.(4)